Según la OMS, actualmente en el mundo hay 1000 millones de adultos con sobrepeso y de estos unos 300 millones son obesos.2,6 millones de personas mueren cada año a causa de la obesidad y el sobrepeso.
Hay 42 millones de niños menores de 5 años con sobrepeso. Estos niños tendrán mas riesgo de ser obesos en la edad adulta y padecer diabetes, enfermedades cardiovasculares a edades tempranas y pudiendo ocasionarles la muerte de manera prematura.
Uno de los principales responsables de la obesidad es el azúcar.
El azúcar se encuentra en la mayoría de los productos que podemos comprar diariamente, por lo que cada día nuestro cuerpo recibe en mayor o menor mediad dosis de azúcar.
Cuando consumimos alimentos con elevado contenido en azúcar nuestro cuerpo segrega endorfinas (las hormonas de la felicidad), la cual cosa conlleva a que sintamos un agradable placer después del consumo de éstos. Inevitablemente se generan reacciones diversas en el cuerpo que nos incitará a volver a consumirlos.
Las evidencias científicas han demostrado que la adicción al azúcar es más elevada que la adicción a la cocaína.
El cuerpo humano está diseñado para tener preferencia por alimentos ricos en azúcar y calorías. Esto es debido a que en el pasado nuestros hábitos alimentarios eran distintos, pues era necesario alimentarnos con alimentos de este tipo para asegurar nuestra supervivencia y poder combatir los periodos de escasez de alimentos.
El problema actual es que esta capacidad aún la conservamos. Sin embargo, las épocas de escasez de alimentos ya no existen, y esto las industrias lo saben y se aprovechan para sacar al mercado productos con elevado contenido de azúcar y grasa con el fin de atraer el consumo. La publicidad es la principal herramienta que utilizan las grandes empresas del sector alimentario para hacer consumir sus productos.
Utilizan eslóganes del tipo “El azúcar el más pequeño de los grandes placeres”. La publicidad de los productos azucarados tiene como objetivo conseguir que como consumidores asociemos los productos que nos ofrecen con la satisfacción y el placer, dejando a un lado las características nutritivas. Uno de los grandes problemas de la publicidad sobre este tipo de productos es que va enfocada al publico infantil, el cual es más influenciable y fácil de engañar.
Pero el poder de las grandes industrial alimentarias va mas allá. Las industrias agroalimentarias consiguen influenciar a científicos de asociaciones como la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria), autoridad encargada de controlar todo lo que comemos y decidir que es apto para el consumo y que no. Pues bien, las grandes industrias alimentarias se las han ideado para conseguir tener una gran influencia sobre los estudios que realizan algunos científicos y que luego serán presentadas a tal institución.
El método de actuación de este tipo de compañías es mediante la financiación de estudios científicos. Pagan sobresueldos a los científicos investigadores para que realicen estudios sobre sus productos y los resultados que publiquen sean favorables y así poder presentar estos estudios a diferentes organismos para corroborar que sus productos no son malos para el consumidor y obtener así permiso de comercialización.
La industria alimentaria tiene el poder y controla el gobierno que este hace leyes que repercuten sobre los consumidores.
Nuestro consejo es que elijas alimentos de forma inteligente, sin dejarte llevar por publicidades agresivas y técnicas de marketing avanzadas de grandes empresas.
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